La pareja

Últimamente la hormona me tiene medio loquita y de repente hay cosas de la rutina diaria que me chipilean. Entre las cosas más imbéciles que me chipilean es cuando se me desaparece un calcetín en la lavadora. Pero yo se que no es un caso de desapariciones a la dimensión desconocido al estilo Mausan. No, no es desaprarición, es un vil abandono.

Al calcetín derecho le aplicaron gachamente el voy al OXXO por cigarros y después de varias lavadas tuvo que aceptar que el calcetín izquierdo nunca más iba a regresar. Ahí decide empezar a frecuentar el cajón de los calcetines divorciados y hasta intenta emparejarse con varios de ellos. Sale con un tin deportivao Nike, pero le choca escuchar sus viejas anécdotas de cuando corría maratones. Sale también con una calceta de encaje pero se da cuenta que sólo sale con ella para apagar los rumores de que la calceta anda de sopla talones. Con el tiempo, el calcetin derecho se percude, pierde color y hasta le empiezan a colgar las chichis. El calcetín derecho llega a un grado de deseperación que sale con con un viejo calcetín sin elástico al que ya no se le estira. Es más, el calcetín derecho intenta salir con otros calcetín derecho, pero como siempre le aplican el "no eres tú son mis rombos". Y así son mis chaquetitas mentales chipilescas, por lo que creo que tengo que dejar usar la lavadora y de plano lavar mi ropa a mano. O de plano dejar de usar calcetines... aunque no creo que eso pase ya que se viene el invierno.