Mordida
- stefapichona
- Mar 13, 2023
- 2 min read
Sucia sucia sucia... Y por un rato nadie me va a poder quitar este sentimiento.
Es lo que hace esta ciudad supongo.
En mi vida he dado una mordida, no porque no quisiera darla pero, simplemente porque muchas veces las multas que me pudiera poder eran del mismo costo que ir a pagarlas a tránsito ( sólo que las pagas ahí mismo) y le dabas a los tiras ese poder falso de autoridad y que pudieran hacer contigo lo que quisieran. El caso es que en los últimos 26 años de mi vida nunca había dado una mordida. Si algo, he dado varias maravillosas actuaciones dignas de premios internacionales (excepto los Óscares, porque no creo que aceptaría un premio Óscar, están muy vendidos y manipulados), en las cuales ejecuto escenas de drama y litros de lágrimas, que hacen que no sólo un tira, pero cualquier hombre se sienta completamente incómodo, sienta lástima y me deje ir bajo advertencia. Ahhh sí, las lágrimas de una mujer afectan a cualquier hombre... excepto a uno. Este hom-bot, me paró hace poco por circular sin verificación ( y no es que no haya querido sacar la verficiación, sino que el coche provenía de Cuernavaca y se nos había ido el veinte). Total que lloré, chille, puse carita de gato de Shrek, todas de todas y nada. El hombre sabía que la multa era un buen varo y no me iba a dejar sin sacar algo para el. En un punto de desesperación, le mostré mi cartera con billetes de recuerdo de viajes, pero ninguno en moneda nacional y todo el cambio que andaba flotando en mi bolsa a.k.a. el hollo negro. No se si fueron las lágrimas pero el trancho, me dejó ir no sin antes meter en su libro del reglamento de tránsito 5 dolares canadienses y 30 pesos en monedas ( intenten meter discretamente monedas en un libro). Ahora me siento sucia, ya soy parte del círculo negro y por más que esté en contra, entiendo porque lo hice. Si, la burocracia en México y la desorganización no fuera un desmadre tal vez, me cae el veinte que " tengo que ser castigada". Pero ahora si aplique la que no quería y pues no me queda más que bañarme en mi regadera y frotarme duro duro duro duro.... à la Lady Mcbeth.


Comments